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Lo aposté todo (a Leticia)

 Auné esfuerzos y no escatimé tiempo Junté mis bártulos y algunos ahorros Preferí no ser oveja y fui mejor zorro Volé muy lejos y aproveché los vientos.   Cambié de aires e incluso nacionalidad Surqué océanos, mares y los avatares Que me hicieron pronto un apátrida Viví en Ciudad de México y otros lares.   Escalé el Popocatepetl y el Iztaccíhuatl, Aprendí leyendas de los mexicas y toltecas No toda la historia está escrita aún: América tiene mucha sangre azteca.   No añoro nuestros paseos ni la rambla, Crezco aprendiendo otros idiomas, Todos los caminos me llevan a Roma A tu lado me siento a mis anchas.   Naufragaré en tu amplio y cálido seno, Pese a las adversidades sobreviviremos No importa ir al casino y acertar un pleno, Seguro que lo material es lo de menos.   Escogí dejar mi tierra y emigrar a tu lado Opté por otro hemisferio y un clima frío Amanecí cada mañana feliz y con bríos Pese al smog y los cielos contaminados.   N

El amor no tiene fronteras II (a Leticia)

 Aquí donde yazco por las noches Cobijado entre tus cálidos brazos Olvidando mis dudas y temores Comfort son tu piel y sus trazos.   Aquí donde escasean mis versos Donde parezco mudo y absorto Trato a diario y con denuedo De demostrar que aún te adoro.   Traigo varias cicatrices indelebles Señales inequívocas de otrora Huellas profundas y perennes Que me acucian desde la aurora.   Runas, buzios, numerología y  tarot Parecen organizar un complot: Hoy me siento como un robot No entiendo de México su argot.   Busco fonemas muy escuetos Indago libros y enciclopedias Ando y desando vericuetos Solo hallo verdades a medias.   Hoy atravesamos barreras Aunamos esfuerzos y culturas, Aunque parezca una locura El amor no tiene fronteras.   Camino asido de tu mano pequeña Guardo palabras y mis recuerdos Miro el cielo y distantes estrellas Trago saliva y piso firme el suelo.   No temo el futuro que es incierto Sé que nuestro amo

Continuación cadáver exquisito FEIPOLL 2021

Traigo amargo un destino de saberte a mi lado ansío, crecimiento de amarga pena perderte allende las estrellas. Más tomo esto como moraleja: para aliviarme versos escribo, venzo obstáculos y desafíos, pues amor no tendrás como el mío                y yo de ti ya pronto me olvido...

Tu melena

  Tu cabello resbala sobre mi encogida espalda,,, erizas mi gemido,,, me tocas el subconsciente y encuentras los laberintos de mi alma,,, inundados de cielos de agua y mares de arena, con escalonadas dunas... Peinas cada rincón, cada filo de mis habitaciones, inclusive de mis pasillos escondidos y mis habitaciones secretas. Sutilmente los acaricias como lo haces con tu selvática melena, despacio, suave, lento y regolaje... Aunque en ello encuentres un reto, al igual que cuando pasas el peine sobre tus cabellos y descubres un encaprichado nudo, no te causa coraje... Peina, peina y vuelve a peinar mi alma con tus suaves versos,,, que mi alma estalla con sedocidad,,, y no quiero más que volverte a besar... hasta volverme a despeinar...

Invierno II (a Leticia y Nerea)

Pasó el otoño y he cambiado de estilo: ahora escucho discos de vinilo, deseché algunos de mis vicios, como sano y hago ejercicio.   Calles llenas de buganvilias aviones que surcan los cielos paseamos debajo con Leticia, que me acompaña en el duelo.   No extraño mi patria ni el verano, Tan solo mis mascotas y la higuera han pasado ya casi dos años desde que vi por último a Nerea.   No hallo aún empleo ni consuelo quienes creí eran mis fieles amigos tan solo nos vieron alzar vuelo con rumbo puesto al invierno.   Las palabras se las lleva el viento, No emito quejidos por mi pasado Ni tampoco es esto un lamento Racconto de cómo te he amado Y de que la llevo en mis recuerdos…

Desengaño

Conocerte había sido lo mejor que me había pasado en la vida; tu inmenso cariño y dulces versos habían sanado todas mis heridas. Sin embargo tu duda, -reflejo de tu desidia-, fue la gota que colmó el vaso y decidí calmar mi agonía. Caíste del pedestal en el que tan alto te tenía, lloré amargamente en el lecho donde te amé con porfía. Haber disfrutado del cielo, el que toqué en tu compañía: volar tan alto como pude y ser objeto de envidia Por parte de mis pares, y también la comidilla de quienes desearon lo peor por si algún día sucedía: Que dejaras de amarme como nunca nadie había, que llegaras a abandonarme y perderte en la lejanía olvidaras mis esfuerzos y te convirtieras en pesadilla, la más terrible de todas, por lo que juré me vengaría, derrotando mis temores, armándome de valía, desgarrándome el pecho cual una bala perdida. Hoy lloras junto a mis restos pensando qué fue de la cima donde me llevaron tus besos y me alojaron un ya lejano día...

Eloí, Eloí, Lamá Sabactani (colaboración)

Infausto aquel momento que guardaba en su retina trajinar acongojado, lento, camino hacia la colina… Una bolsa entre sus harapos huyendo de sus pesares traía consigo el desgraciado, peso muerto en sus andares. Tormenta separó la tierra del enfurecido cielo, una paloma alzó vuelo rumbo a la vida eterna. Entre el gentío singular, tres veces cantó el gallo y escondiose el truhán, como si lo partiera un rayo. Un beso dado en la mejilla, antorchas ardían en el jardín. Fue tierno, mas no lo amaba: el judío sabía qué le esperaba. Los soldados la verían, -era la señal indicada- para poderle distinguir; su corazón dejaría de latir. Oyó una carcajada -creció dentro su temor- ¡él era el gran traidor! caía el agua en cascada. Dos clavos y un madero gemidos tenues, un lamento: allí exhaló el Nazareno exánime, su último aliento. Treinta denarios el botín por haberlo traicionado, ya estaba siendo juzgado castigo merecido, sin fin…